jueves, 13 de noviembre de 2008

WELCOME TO PANAMA


Un sueño americano que se cumplió mientras Panamá dormía.
La estrellita número 51 de
la bandera de Obama.
Un país funcionando con los restos norteamericanos: sus buses, sus ferias americanas con ropa gringa fuera de moda, artículos y electrodomésticos que no se pudieron rematar en las mega ofertas del gigante.
La intención del pueblo panameño de separarse de Colombia, a quien pertenecía. La desinteresada capacidad de U.S.A para ayudarlo y de paso, ya que iban a darse una vuelta por allí, tomar el canal de Panamá y manejar el punto estratégico de unión entre el Pacífico y el Atlántico manejando el comercio mundial y obteniendo millones y millones de esos que dicen "in god we trust", hicieron de Panamá un hermoso pedacito de geografía contradictoria por su riqueza natural contenida por el artificial funcionamiento de sus habitantes: la tierra de las hamburgueserías del payasito de pantalón a rayas,  hot dogs por doquier, el pollo frito, y las 7.899 variedades de salsas y quesos cheedar; todo tipo de alimento reducido a polvos instantáneos, snacks con los sabores más estrafalarios que puedan imaginar, snikers, más 33 variedades de cervezas en góndola, el know how del consumo gringo y la comunidad Kuna Yala hablando inglés y produciendo molas frenéticamente para ganar más y más creencia en Dios (in god Kuna trust).
Esas ganas de consumirlo todo y de repente, nada, no teníamos ganas de nada en realidad.

1 comentario:

Clari dijo...

que lugar mas bello! siempre tuve ganas de ir pero al final un año decidi viajar a Patagonia y luego no tuve mas posibilidades. queda pendiente